Uno de los lugares más especiales de Edimburgo es, a nuestro juicio, el pintoresco barrio de Dean Village (también conocido como Water of Leigh Village), que parece sacado de un cuento.
Los orígenes
Situado a orillas del río Leith, Dean Village cuenta con unas casitas propias de cualquier aldea en las montañas, pero a pocos pasos del centro de Edimburgo.
Y es que, efectivamente, Dean Village fue durante varios siglos una aldea, que terminó por integrarse en el paisaje urbano de la capital escocesa (a la que se incorporó oficialmente en el siglo XIX), pero que antaño gozó de una importancia considerable como centro de producción de pan.
Sus orígenes se remontan al siglo XII, cuando fue fundada por los monjes de la abadía de Holyrood (de la que os hablamos aquí).
Con el paso del tiempo, se convirtió en la principal fábrica de harina de la zona, llegando a contar con varios molinos de agua destinados a tal fin.
No obstante, cuando otros pueblos de los alrededores fueron instalando nuevos molinos y cobrando importancia, Dean Village fue quedando prácticamente abandonada hasta finales del siglo XX, cuando comenzó su proceso de renovación aprovechando el potencial turístico que un lugar con semejantes características tenía para Edimburgo.
Qué ver en Dean Village
Realmente, Dean Village es un espacio para dejarse llevar y perderse sin rumbo fijo por sus puentes, sus callejuelas y sus rincones.
No obstante, hay unos cuantos puntos de especial interés que conviene tener en cuenta para no pasarlos por alto en nuestro recorrido:
- El Cementerio Dean, un cementerio que, en contra de lo que podría pensarse, es un lugar de gran belleza donde se respira tranquilidad.
- La Galería Nacional Escocesa de Arte Moderno, que además de contar con un impresionante edificio alberga la colección de arte contemporáneo más importante del país, incluyendo obras de Magritte o Picasso.
- El Dean Bridge, un puente que data del siglo XIX donde podéis asomaros durante un rato y disfrutar de las vistas.
¿Imprescindible?
Si os preguntáis si en vuestro viaje a Edimburgo tenéis que hacerle un hueco a este barrio, la respuesta es un sí rotundo. A menudo (normalmente por falta de tiempo), los turistas dejan de lado este inolvidable lugar para centrarse en ver otras atracciones más famosas de Edimburgo, como el castillo.
Sin embargo, a nosotros nos parece que dedicarle un par de horas a este sitio es necesario, relajante y muy instructivo, pues es la mejor forma de conocer el pasado de Edimburgo y, desde luego, uno de los paseos más bonitos que podréis hacer durante vuestra estancia en la ciudad.