El Royal Yacht Britannia ha sido la residencia en el mar de la familia real británica durante casi medio siglo. Realizó su primer viaje en 1953, y hasta 1997 viajó por decenas de países y acumuló más de un millón de millas de navegación.

El Royal Yacht Britannia.
Es uno de los lugares más visitados del Reino Unido, y una de las atracciones favoritas de quienes viajan a Edimburgo.
La historia del Royal Yacht Britannia
Construida en el astillero de John Brown & Co. Ltd en Clydebank, esta nave fue diseñada también con la idea de funcionar como hospital, aunque nunca ha sido utilizada como tal. Sí que ha servido para evacuar refugiados, por ejemplo durante la guerra civil en Yemen en 1986.

Las literas donde dormía la tripulación.
Su servicio se ha centrado, fundamentalmente, en ejercer como residencia real para visitas de Estado, recepciones oficiales y, en un plano privado, vacaciones y lunas de miel de la familia real (como la que disfrutaron a bordo el príncipe Carlos y la princesa Diana en 1981). Como símbolo de la corona británica, el Royal Yacht Britannia ha sido, en definitiva, una especie de embajador del Reino Unido.

La campana del Royal Yacht Britannia.
El Royal Yacht Britannia fue el único barco de este estilo cuyo capitán era un almirante.

La cubierta del Royal Yacht Britannia.
Desde 1997, está atracado en Edimburgo de forma indefinida, haciendo las veces de museo.
Un yate real convertido en museo
Actualmente, se puede visitar el Royal Yacht Britannia por dentro, y repasar la historia de la familia real británica de la mano de una de sus residencias más emblemáticas.
Recorriendo el Royal Yacht Britannia podremos descubrir cómo transcurría un día allí para la reina (para la que, según se cuenta, el desmantelamiento del barco fue bastante triste por el especial cariño que le tenía).

Uno de los salones del barco, donde se tomaba el té.
Prácticamente todos los elementos que podemos encontrar a bordo del Royal Yacht Britannia son los originales: muebles, fotografías, pinturas… el barco alberga una gran muestra de objetos, algunos procedentes también de anteriores yates reales.

Cuddly Corgi es uno de los protagonistas del Royal Yacht Britannia: si los niños lo encuentran al recorrer el barco, tendrán un premio al salir.
Además, el Britannia tiene un buen número de fotografías, mobiliario y otros objetos relacionados con la navegación donados a la colección por el Ministerio de Defensa: en el Centro de Visitantes, donde comienza la visita, podréis ver un timón que data de finales del XIX, perteneciente a los reyes Eduardo VII y Jorge V.

El tocador de la habitación privada de la Reina.
Con la entrada os entregarán una audioguía gratuita (en español) que os acompañará durante todo el recorrido por el barco, en la que se explican los detalles y la historia de cada sala por la que paséis (como el camarote privado de la reina o la sala de máquinas).