Puede que sea el cementerio más céntrico de la ciudad, y también el más visitado. El Cementerio de Greyfriars en Edimburgo (Greyfriars Chruchyard) es, además del lugar donde está enterrado el famoso perrito Bobby, una especie de parque donde es habitual ver a los edimburgueses tomando el sol (bueno, esto solo sucede un par de veces al año) o leyendo un libro tranquilamente.

Una de las esculturas del Cementerio Greyfriars.
Este cementerio, presidido por la Greyfriars Kirk, podría considerarse hasta bonito, y se asemeja casi más a un pequeño jardín inglés que a un camposanto… pero lo cierto es que el Cementerio Greyfriars esconde algunas de las leyendas más macabras de Edimburgo.

A la entrada del cementerio veréis esta placa donde se indica el nombre de algunos personajes famosos enterrados aquí.
¿Nos damos un paseo por él? Pues sigue leyendo ;)
La tumba de Bobby, el perro fiel
Aunque nada más entrar al cementerio Greyfriars lo primero que encontraréis será una lápida dedicada al perro Bobby (cuya historia os contamos en el artículo dedicado a Greyfriars Bobby), lo cierto es que esta no es la verdadera tumba de la mascota más querida de Edimburgo. En realidad, el animal se encuentra enterrado junto a uno de los muros exteriores del cementerio, pues las autoridades del momento nunca permitieron su entierro dentro por estar considerado terreno sagrado. Aún así, son muchos quienes acuden a visitar la falsa tumba y dejan flores y juguetes en honor a Bobby.

La tumba de Greyfriars Bobby.
La estatua dedicada a Bobby, así como el pub que lleva su nombre, los encontraréis justo a la salida del cementerio Greyfriars, frente al Museo Nacional de Escocia.
¿Has visto a Mackenzie?
Aparte del adorable Bobby, en el cementerio de Greyfriars habitan otros seres menos peludos y bastante poco cariñosos. Una de las leyendas más famosas es la de George Mackenzie, un abogado que a finales del XVII metió en prisión a más de un millar de Covenanters en una zona muy cercana al Cementerio Greyfriars.
Los Covenanters eran los miembros de un movimiento religioso presbiteriano que durante este siglo dio bastante guerra en Escocia y unos cuantos quebraderos de cabeza a los católicos.
El caso es que la mayoría de estos prisioneros murieron torturados o debido a las malas condiciones en que se encontraban en la cárcel, lo que le granjeó a Mackenzie el apodo de Bloody Mackenzie (algo como Mackenzie el Sanguinario).
Cuando Mackenzie murió, fue enterrado en un mausoleo dentro del cementerio Greyfriars, pero varios siglos después, ya en los años 90, un vagabundo que trató de colarse en el mausoleo buscando un lugar donde dormir afirmó haber sufrido algún tipo de experiencia paranormal en el lugar (¡cuánto daño hizo Expediente X!).

¿Veis ese mausoleo detrás en forma de linterna al que no se puede acceder? Pues ya sabéis cuál es…
Desde entonces, fueron muchos los que afirmaban haber «sentido» la presencia de Mackenzie al visitar el Cementerio Greyfriars, y es más: algunos aseguran que salieron de la tumba de Mackenzie, conocida desde entonces como Black Mausoleum (Mausoleo Negro) con magulladuras y cortes producidos no se sabe muy bien cómo.
Greyfriars y Harry Potter
Al parecer, a J.K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter, le gustaba pasear por el Cementerio Greyfriars (¿sería por su cercanía a The Elephant House, el pub donde comenzó a escribir los primeros libros del famoso mago?).
Descubre todos los rincones de Edimburgo en los que se inspiró J.K Rowling para crear el universo mágico de Harry Potter.
¡Te esperamos!
Aparte de pasear, Rowling debió de fijarse detenidamente en muchas de las tumbas, pues hay unos cuantos personajes en las novelas de Harry Potter que llevan apellidos de algunas de las personas enterradas en el cementerio. Si sois fans de Harry Potter, seguro que os resultará entretenido buscarlos cuando visitéis Greyfriars.
¿Fue una casualidad o hubo algo de inspiración? Os dejamos escoger a vosotros :)

Detrás del Cementerio Greyfriars puede apreciarse una de las torres del colegio.
Por cierto, muy cerca del cementerio (la veréis paseando por él) se encuentra George Heriot’s School, una de las escuelas más exclusivas del Reino Unido. Distinguiréis el edificio por su apariencia oscura y similar a un castillo. En este colegio los estudiantes se dividen en cuatro «casas»: Lauriston, Greyfriars, Castle y Raeburn. ¿Os suena de algo?
La iglesia de Greyfriars (Greyfriars Kirk)
Al acceder al cementerio veréis una capilla, la Greyfriars Kirk, que constituye uno de los edificios más antiguos de Edimburgo. Por cierto, que también fue escenario de algunos acontecimientos relevantes relacionados con los Covenanters, pues solían reunirse en esta iglesia y fue en ella donde firmaron su pacto nacional de alianza.

La Iglesia Greyfriars.
Paradójicamente, ya os hemos contado que justo al lado de la iglesia fueron encarcelados y ajusticiados de forma cruel cientos de ellos; aún puede atisbarse algo de la antigua prisión, de hecho, en la esquina suroeste del cementerio, pero solo se puede entrar con visitas autorizadas.

George Buchanan, historiador, es uno de los personajes célebres enterrados aquí.
Actualmente, la iglesia continúa activa en sus servicios y, a modo de curiosidad, os diremos que es una de las pocas de Escocia donde aún se sigue oficiando regularmente misa en gaélico escocés (Gàidhlig).
En el Cementerio Greyfriars, por el contrario, ya no se realizan nuevos enterramientos hace varias décadas. Visto lo visto, mejor así, ¿no os parece?